ora lucha confia
ORA, LUCHA Y CONFIA
1. INTRODUCCIÓN.
El MAC, como sabemos todos, tiene su misión en los niños y jóvenes de barrios marginales. Esto es fundamental para ser miembros de nuestro movimiento: difícilmente se puede estar en un movimiento si no sé esta de acuerdo con la propia razón para lo que fue creada.
Como hemos dicho antes tenemos una misión que cumplir: ¿y cual misión es esta?. La de extender el Reino de Dios a nuestro al rededor, y con mas ahínco a los niños y jóvenes de nuestras barriadas. Y no nos podemos quedar aquí, sino que donde quiera que nos relacionemos: en el mundo del trabajo, el las escuelas, con los vecinos; no podemos ser cristianos de 6 a 10 sino desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
Y ser cristiano implica un testimonio, vamos a ver un ejemplo: nuestro amigo Juan es testigo de un accidente de moto, entonces lo lleva a declarar en el juicio ¿porque?, Pues por que él es el que lo ha visto, y nadie más. Le harán preguntas y él es el único que sabe la verdad. Le pondrán en duda, le harán mil pregunta: Pero él es testigo de este accidente, y tiene la obligación de decir la verdad. Lo mismo nos pasa a nosotros: Somos testigos de ese Xto resucitado.
En 1 Co 10, 31‑33 San Pablo nos dice que todo lo que hagamos, lo hagamos para nuestra santificación y no dar motivos de escándalo sino seria una hipocresía por parte nuestra no cumplir lo que predicamos.
Pero a nosotros nos implica mas: tenemos que extender el Reino, no nos podemos quedar sentados, tenemos una misión que "cumplir". Para eso el Movimiento nos manda a los salones a ser portadores de la Palabra: esto significa ser Apóstol. Cuando leemos los consejos que da Jesús a sus Apóstoles nos damos cuenta que es muy difícil de seguir y muy comprometido, hay que dejar las comodidades, para salir fuera del cascarón sin techo que cobijarse. Podemos leerlo en Mt 10, todo un capitulo de recomendaciones y profecías para los que queramos seguir siendo Miembros de MAC. Recomiendo su lectura y meditación sobre ella.
Es un desafío de uno mismo dejar todo lo que nos apetece, negarse a sí mismo e ir siguiendo los pasos, a veces obscuros, de la Voluntad del Padre, para luego, no ver los frutos, o mejor dicho, no queramos ver los frutos: esta es la confianza, Ya lo veremos después.
2. ORA.
Como hemos dicho anteriormente el cristiano por donde quiera que vaya debe de dar testimonio al mundo, ser luz entre las tinieblas. Pero para ello tiene que haber sucedido algo fundamental: el contacto con Dios. ¿Como Juan puede ser testigo de un accidente que no ha visto?.
Este contacto se hace mediante la oración, que más tarde desembocará en una necesidad de sacramentos, que ya hablaremos de ello mas tarde. Siempre se nos habla de la necesidad de la oración.
Pero, ¿sabemos que es la oración?, la oración no es mas que la conexión entre el mundo nuestro y la Voluntad del Padre. Sabemos que fuimos creado por él para que le demos Gloria; que, a través del pecado, nos hemos alejado de Él; pues bien, la oración no es mas que la comunicación perdida entre El y nosotros. Resulta más fácil entrar en oración cuando hemos confesado recientemente, y es precisamente por esto. ¿Tenemos esta experiencia?. Adán y Eva, en el Edén, oían la voz de Dios.
Pero volvamos a nuestro ejemplo, Juan para ser testigo lo primero que tiene que decir es que lo ha visto, lo ha vivido; pues seria un mal testigo si le hubiese visto de reojo o que lo hubiese visto un segundo después. En la oración siempre se nos da una experiencia y tenemos que buscarla pues es aquí donde nos alimentamos de Dios.
Hay distintos tipos de oraciones: de alabanza, de petición, de compromiso, confiada, si queremos profundizar sobre ellas diremos las tres clases de oraciones, que según Santa Teresa hay:
1.‑ Oración noria. Consiste en el rezo de oraciones repetitivas, Ejemplo, el Rosario, los siete padrenuestro a San José, o jaculatorias: En la etapa inicial de un cristiano es la más conveniente, sin que por ello signifique un menosprecio. Cubos tras cubos de agua llegan a penetrar y dar vida a la tierra.
2.‑ Oración acequia. Quiere decir que se deja llevar por un camino, puede ser la Biblia, o cualquier libro de oración, la meditación de un texto te lleva por las acequias empapando la tierra a su paso.
3.‑ Oración lluvia. La más buena de todas, la que llega a todas partes. La contemplativa, más difícil de todas, aunque no la más eficaz (la más eficaz es la que Dios te pide en cada momento que hagas).
Nosotros hemos tenido experiencias en la oración: algunas buenas, y otras no tan buenas. Seguro que todos hemos tenido la necesidad de orar de una forma o de otra, nos sentimos enamorado de Xto y tenemos que ir, y esto nos lleva a la unión con Él mas intima: los sacramentos, La reconciliación y la comunión. Esto es precisamente lo que debemos transmitir a nuestros equipistas, la necesidad de relacionarse con Dios, y de aquí los sacramentos.
Ahora vamos a intentar decir cual son los pasos de como hay que inicializarse en la oración:
1. Hay que descubrirla: mediante libros o en oración comunitaria. Hay que hacer ver al equipista que no se trata de pasar el rato, cubriendo un compromiso; hay que hacer que vea los beneficios. La búsqueda de la comunicación perdida.
2. Una vez hallamos encontrado el gusto, la necesidad de la oración, entonces nos encontraremos en una actitud de amar a Xto. Hágase en mi según Tu voluntad. Nos dejaremos llevar por el Espíritu.
3. El amor significa lucha, desarraigo; seguir a Xto no es fácil, pero sin embargo le amamos, es el desafío que nos hace: Ven, y sígueme.
Para ser responsable hay que tener un claro concepto de la oración: es fundamental, pues si no tenemos oración, solo le podremos dar nuestra persona, un amigo, o un punto de referencia, y nos convertiremos en profesionales de apostolado cayendo en la tentación de querer ser el líder. El movimiento es cristocentrico, ello quiere decir que todo gira entorno de Xto, por eso el responsable tiene que ir a El, llenarse de El, para transmitirlo.
Y una vez dicho esto pasaremos a la siguiente consigna: Lucha, que, como hemos visto, en la consecuencia de la oración ¿para qué me sirve estar lleno de Dios, si luego me comporto egoístamente y no soy luz?.
3. LUCHA.
Vamos a ver lo que pasa por la mente de Juan: en primer lugar le da pereza, pues es muy "pesado" el comprometerse, mejor sé esta en casa, que en juicio, y lo segundo: tener que afrontar las molestias; Tener que ir, hablar ante el juez, contestar a preguntas poco claras, etc. Pues bien, es lo primero que nos hemos comprometido: A luchar con los niños y jóvenes. No seria consagrado el que pudiera ir a su centro, se queda en casa viendo la tele. Seria un cara dura, recolector‑de‑titulitis para "ganarse" el Cielo; Y la segunda reacción de Juan es dejarse llevar en su declaración por lo más fácil, no diciendo lo que ocurrió, sino lo que quieren que diga.
Tenemos que superarnos a nosotros mismos, de hacernos violencia. Ver clara nuestra escala de valores, y donde ocupa nuestro apostolado. Hemos dicho un sí voluntario.
¡No! Tenemos que sacudir nuestra pereza, mi egoísmo, y de vez en cuando tener presente las finalidades del MAC.
1/ Vivir y predicar el evangelio, asumiendo las Bienaventuranzas y los consejos evangélicos: Sabemos que no llegamos a cumplirlo, pero ¿esa es razón para dejar de lado, no revisarnos?, ¿Tenemos miedo?.
2/ Dedicación a niños y jóvenes más pobres: pero ¿a qué llamamos pobreza?, ¿Solo a lo referido al dinero?, y el niño con SIDA o con cáncer, leucemicos, etc ¿los marginamos? (Visión de campos de acción mas allá de lo que hacemos).
3/ Vivir la sencillez de espíritu tomando a María como modelo: ¿no es verdad que algunas veces tenemos el "tarro" comido?.
4/ Encarnándonos en los problemas de los demás: ¿sabemos escuchar a los demás?, ¿O después de escuchar un problema de un hermano nos olvidamos?.
Tenemos que luchar en todos los sentidos: tanto en el interior, como en la acción. No tiene sentido que nos quedemos parados, sin hacer nada, con nuestros propios problemas, que, porque no, a veces gordos, nos achicamos y no sabemos salir de ellos, nuestro movimiento es de acción, y esta acción significa lucha.
La lucha no es solamente de cara a los demás, sino hacia nosotros mismo: contra el pecado, aquí cada uno sabrá por donde tiene que ir; contra sus miserias, corregir nuestros defectos, con paciencia; Potenciar nuestras posibilidades, no cayendo en vanagloria, sino poniéndolo al servicio de los demás.
Pero la lucha no se trata de ponernos en candelero, decir "mas que yo, ninguno" y enseñar los méritos. Se trata de luchar para estar al servicio de los demás: mi Movimiento, mis compañeros del trabajo o de estudio, de mi vecina de abajo que es tan pesada; y con amor. Seria muy cómodo ser cristiano cuando estamos en los salones o una reunión de lo que sea, pero en donde se nos tiene que notar es en la calle, que sientan un "algo" especial, pero sobre todo en nuestro trabajo, que es en donde nos movemos mas horas diarias, allí es donde podemos lucha para que seamos luz entre las tinieblas. En los pequeños detalle: el compañero mas aislado, o el que tiene problemas, o acoger a uno nuevo. Leemos 1 Co 13,4‑7 cambiando la palabra caridad por lucha.
También se puede dar el caso que tengamos un trabajo contrario a nuestras inquietudes. Ej. Una trabajadora social que debe aconsejar algo de planificación familiar, se va a encontrar en casos de aborto o vasectomía, que para unos cristianos son cosas muy graves, o un camarero que descubre al dueño vendiendo droga, y muchos casos en que nos debemos plantear si es licito seguir trabajando o no. Si es una cosa accidental o no la es, etc.
4. CONFIA.
Hemos visto a nuestro Juan como es testigo de un accidente de moto, ir a juicio y decir lo que ha visto; al regresar a casa esta contento porque sabe que ha hecho todo lo que he podido y tiene la conciencia tranquila.
Es lo que tenemos que llegar a sentirnos cuando nos acostarnos: de saber que hoy hemos hecho algo a favor del Reino, ¿y para que, si mañana no lo veo?. Eso no importa: no estamos aquí ver los frutos. Estamos para transmitir la buena nueva a los niños y jóvenes y basta: que nos falla un niño, pues seguro que vienen otros; y un equipo, no te preocupes, forma otro. Lo importantes son dos cosas: no desesperarse, y saber en que se ha fallado, si es que has fallado.
Cuando María se le apareció un ángel cuando estaba en oración se puso en manos de Señor: "hágase Tu voluntad". Nosotros no tenemos la confianza que tuvo Ella, pero si podemos imitarla: Si hemos dicho que si a una serie de "compromiso", pues si somos consecuentes con ello, tendremos que decir que no a la comodidad, por ejemplo, nos hemos de confiar a nuestro Movimiento y ponernos a su servicio, no importa si lo veo o no. ¿Acaso María sabia lo que implicaba ser la Madre del Salvador?.
La confianza implica una obediencia, pues si no obedecemos ello quiere decir que pensamos que se equivoca, entonces ya no confiamos. Si obedecemos al movimiento y a la Iglesia es signo que estaremos en sus manos. Cuando cantamos que queremos se arcilla entre sus manos, decimos "hágase en mi tu voluntad".
También hay que confiar en nuestras cualidades, no te achiques, ya que Dios nos a puesto unos talentos a nuestra disposición. Y no que hay que desaprovecharlos, no debemos. Pero algunos no sepamos llevar nuestros talentos... Como hemos dicho antes, pongamos nuestra persona, aunque creamos que sirvamos para nada, a nuestro movimiento que seguro que tienen una función para nosotros.
Tenemos que confiar en alguien que nos guíe, nos aconseje, y nos arrope cuando tenemos momentos de confusión, no es bueno en quedarse aislado en momentos de vacilación. Nos ponemos en contacto con alguien que tengamos confianza y, por supuesto, tenga las ideas claras. Difícilmente nos puede ayudar una persona de fuera del Movimiento en una cuestión de él.
Una señal de la confianza es la alegría, pues es un hombre despreocupado, capaz de transmitir optimismo ante las dificultades. Un cristiano que va por la vida intranquilo por causa de los bienes materiales, no puede dar un buen testimonio porque transmite inquietud por un segundo dios. Si bien Dios no quiere que seamos mendigos.
2 comentarios
Aragon -
Una lampara tiene la misión de alumbrar. Nosotros deberiamos alumbrar, dar luz de ese Jesús al que oramos por el que luchamos en nuestra vida para que sea nuestro centro y en el que confiamos.
Un abrazo
Miguel -